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Stefan Hartung (CEO de Bosch)

«En la segunda mitad de 2023 se podrá ver cuánta demanda de coches existe realmente»

El directivo afirma que los problemas en las fábricas europeas vendrán por el suministro energético y no la caída en ventas

Bosch refuerza su inversión en chips: 3.000 millones hasta 2026

El CEO de Bosch, Stefan Hartung, observa un sistema de flotación magnética Bosch
Juan Roig Valor

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Stefan Hartung es el CEO de la mayor empresa de componentes de automoción del mundo, Bosch. El afable ingeniero está fascinado por la tecnología cuántica, para el desarrollo de cual su compañía ha firmado un acuerdo con el gigante de hardware estadounidense IBM.

Los ordenadores cuánticos son propiedad de la americana, mientras que los problemas que plantea Bosch servirán para usar su capacidad de procesamiento para investigar sobre la composición química de las baterías del coche eléctrico.

El directivo concedió una entrevista a ABC en el seno de su congreso Bosch Connected World 2022.

Esta mañana mencionó que la computación cuántica «está a punto de convertirse en una realidad». ¿Podría aventurarse a dar cifras de horizontes temporales?

Es imposible. Todo el mundo dice que será en la próxima década. Esto, en ciclos tecnológicos, está bastante cerca. Hace 15 años, ni siquiera había coches híbridos enchufables. Hoy, los ordenadores cuánticos son máquinas de laboratorio de física, funcionan bajo temperaturas extremas –solo así se consigue la estabilización de los qubits–, ocupan mucho espacio y consumen mucha energía para apenas funcionar durante un minuto. Me parece una tecnología fascinante, y ya estar trabajando en ella supone tener la ventaja.

¿Puede dar detalles sobre el acuerdo de cooperación con IBM?

Ellos han conseguido hacer funcionar un ordenador cuántico de forma experimental. Nosotros estamos trabajando en problemas para los cuales este procesamiento es muy interesante. Si ya estamos investigando en ciencias materiales, ¿por qué no unirnos y trabajar juntos? Existe un gran paso entre «puede funcionar» y «funciona» y tenemos dos perspectivas diferentes sobre el mismo problema y por eso nos gusta. Ya tenemos equipos definidos, que están trabajando juntos.

En lo que se refiere a los sensores cuánticos, ¿en qué están trabajando concretamente?

Estamos enfocándonos en sensores de campos magnéticos. Un ordenador cuántico podría medir una señal de una forma mucho más precisa que uno tradicional. Esto supone que se podrán detectar cosas que antes estaban fuera de nuestro alcance, pero también desbloquea nuevos problemas y la necesidad de desarrollar nuevas reglas.

Si Bosch pudiera parecerse a otra empresa tecnológica, ¿cuál sería?

Somos diferentes a cualquier empresa tecnológica porque venimos de un lugar diferente. La mayoría de ellas provienen de un entorno puramente de software o de una mezcla de software y hardware. Nosotros provenimos solo del hardware, hemos hecho cláxones, inyectores diésel o limpiaparabrisas, y empezamos con la electrónica hace relativamente poco. Por nuestra propia naturaleza acabaremos en un lugar completamente diferente. El hecho de que no coticemos en bolsa hace que nuestro porfolio tenga que ser mucho más amplio, es demasiado arriesgado dedicarse exclusivamente a una cosa.

¿Cómo se hace una división de software rentable?

Nuestra filosofía no es tener un área de negocio aislada, sino que está relacionada con cuestiones funcionales y de hardware. No estamos programando para ordenadores, en donde si algo no funciona simplemente se puede apagar y volver a empezar de cero. En un coche que va a 140 kilómetros por hora, no se puede reiniciar el sistema. Necesitas dos tipos de perfiles: programadores que se adapten rápido y especialistas en seguridad que sean rígidos y garanticen que todos los procesos van a funcionar bien. Programar para el coche del futuro supone un reto y eso siempre nos gusta.

¿Cuándo cree que se normalizará el mercado de semiconductores?

La respuesta fácil es «cuando la demanda alcance la oferta», pero no soy un profesor de economía. Realísticamente, en algunas áreas, como en la telefonía, ya se ha alcanzado la normalidad. En la automoción, algunos de los chips seguirán siendo necesarios por los ciclos de inversiones, capacidad productiva y transformación de la industria. En 2023 seguirá habiendo cierta presión, pero será mejor que en 2022. También hay que tener en cuenta que los coches requerirán más chips y habrá más demanda. Los clientes quieren más interactividad y más funciones y esto requiere un chip para cada cosa. La pregunta real es si la demanda de vehículo se seguirá manteniendo estable en los próximos años.

¿Considera que las fábricas de automoción europeas están en riesgo?

Las ventas se han trasladado principalmente a Asia. China ya supone el triple de ventas que Europa y, por lo tanto, lo que hay que hacer es observar estos mercados. El volumen europeo no se incrementará dramáticamente y depende en gran medida de si se garantiza el suministro energético. Para los próximos seis meses la demanda de automóviles está cubierta por pedidos acumulados, incluso si nadie comprase ningún coche. Ya en la segunda mitad de 2023 se podrá ver cuánta demanda existe realmente y veremos una caída en volúmenes cuando haya descensos energéticos. Hasta que no se controle la inflación seguirá habiendo un techo, así que 2023 será un año muy interesante.

En la fábrica de Aranjuez se está probando el 5G, ¿qué supone para los procesos productivos?

Con el 5G tienes la oportunidad de aplicar procesos de mucha frecuencia que están dentro de la planta. Esto es muy poderoso y, si realmente quieres tener movilidad dentro de los componentes de la fábrica es necesario contar con estas redes. El siguiente paso industrial es aplicar el 6G, que permitiría centralizar los procesos en la nube sin latencia y con un ancho de banda prácticamente ilimitado. Para el coche, esto supondría reducir el número de ordenadores a bordo y contar solo con los elementos esenciales, como los de seguridad. Sin embargo, es esencial que la red sea fiable.

Bosch está desarrollando sistemas de supervisión de la producción. ¿Es el objetivo final de Bosch el de controlar la fabricación de automóviles?

Creo que la digitalización no nos va a llevar a un monopolio del control de procesos productivos. No lo permitiríamos en nuestras cadenas, así que ¿por qué habrían de permitirlo los demás? La industria 4.0 está democratizando este tipo de tecnologías para todos los fabricantes. Sin embargo, siempre habrá partes que se mantengan confidenciales. Para lo que sirve la digitalización es para la estabilidad de la cadena productiva, la información logística o el mantenimiento del equipo.

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