Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
De los aranceles al 'bazuca': la guerra comercial de Trump prueba la unidad de la UE
El PP se impacienta con Vox por los presupuestos autonómicos
Opinión - No les dejan robar tranquilos. Por Rosa María Artal
ENTREVISTA

Ricardo Moure, biólogo y divulgador: “En la naturaleza no hay homofobia”

Ricardo Moure, autor de "Sexo Salvaje".

Antonio Martínez Ron

27 de marzo de 2025 22:44 h

17

Desde que ganó el concurso de monólogos científicos Famelab en 2014, muchos sabían que Ricardo Moure era una bomba de relojería divulgativa. Además de biólogo y doctor en biotecnología biomédica, este divulgador científico, que se define a sí mismo como showman y farandulero, ha convertido su punto alocado e irreverente en un sello muy reconocible.

Tras pasear su talento por platós televisivos como los de En el Aire con Buenafuente, Órbita Laika o La Roca, Moure nos presenta ahora su primer libro, Sexo salvaje, un “kamasutra de la naturaleza” con el que aprender biología y soltar más de una carcajada. Sin renunciar a su procacidad ni al rigor, en sus páginas hace un recorrido por los más estrafalarios comportamientos sexuales del mundo vegetal y animal y nos recuerda que nosotros también somos parte de esa rueda evolutiva que se mueve por el impulso de perpetuar los genes. Sin olvidar nunca que los humanos nos movemos por otras muchas motivaciones, más allá de las meramente biológicas. 

Si los espermatozoides no fueran tan baratos de producir, ¿el comportamiento de los machos sería diferente?

Pues no lo sé. Quizás hubiéramos evolucionado de otra forma. Podríamos ser como los hongos, que no se dedican a lanzar células sexuales por ahí, sino que se encuentran. Pero es verdad que sobran espermatozoides en el mundo, son muy baratos de producir y los hay a puñados. Los óvulos al final son mucho más caros, porque llevan la maquinaria celular y las reservas para crear al nuevo individuo.  

Parece que claramente en muchísimas especies al macho le toca llamar la atención con estrategias más estrafalarias. ¿También en humanos?

Es cierto. Al final muchas de las cosas que hacemos en nuestra vida son para tener éxito en el sexo. Incluso el estatus y la imagen personal tienen mucho que ver en última instancia con el sexo. Creemos que no gastamos la misma energía que un león macho como los de los documentales, pero nuestra sociedad gira en gran medida en torno al éxito sexual. 

Se aprenden muchas palabras con su libro. Una espermateca, por ejemplo, no es una colección de alguien un poco marrano y excéntrico, ¿verdad? 

Ja, ja, ja. Pues no, las espermatecas son órganos que tienen las hembras de diferentes especies para guardar esperma de los machos durante un tiempo. Por ejemplo, las hormigas reina, cuando son fecundadas se pueden quedar 30 años en su hormiguero, poniendo huevos de ese macho. Un macho que, por cierto, murió devorado por cualquier bicho, incluidas otras hormigas, o de hambre, porque no tienen las mandíbulas bien desarrolladas y no sirven para nada.

Los zánganos eyaculan tan fuerte que revientan y se mueren. Las abejas reinas llevan durante años el esperma de varios machos que han muerto follando con ellas, da para novela

Como tendencia general, los machos casi siempre están en la miseria…

Un poco sí. Otro ejemplo es el de los zánganos. Las abejas reinas también guardan el esperma de los machos. Salen cada varios años a buscarlos y se dan la “putivuelta” para “chuscar” con ellos. Y los zánganos cuando eyaculan lo hacen tan fuerte que revientan y se mueren. Las abejas reinas llevan durante años el esperma de varios machos que han muerto follando con ellas. Da para novela.

En el libro comenta que de pequeño veía a dos animales copular y le decía a su madre que se estaban “besando con el culo”. ¿Cuál es su primer recuerdo del sexo?

Eso me ha dicho mi madre que decía yo. Pero no sabría decirte cuál es mi primer recuerdo sobre el sexo. No tengo ni idea. Sí que recuerdo etapas de la adolescencia, de confusiones. Recuerdo a un niño de mi clase que me explicó que había estado probando y que le salía un poco de leche, y yo no sabía de qué me estaba hablando. 

Su libro llegará a muchos adolescentes, ¿cree que andan un poco faltos de educación sexual?

La verdad es que creo que no hay buena educación sexual. En mi experiencia como docente, lo que les oyes decir son básicamente guarradas, sobre porno o contenidos de TikTok. Pero no saben lo que es un preservativo o que existen enfermedades que se pueden transmitir mediante el sexo. Y una cosa que me alarmó muchísimo es que cuando les hablan o se trata temas de agresiones sexuales y abuso, sobre todo los chicos, no tienen muy claro el eje víctima-agresor. Una vez estaban hablando del grooming, que es este tipo de acoso en redes en las que normalmente un adulto se hace pasar por un adolescente para conseguir fotografías, y ellos culpaban a las chicas. 

Cuando hablas con los adolescentes de agresiones sexuales y abuso, sobre todo los chicos, no tienen muy claro el eje víctima-agresor

Está todo el mundo muy impactado por la serie Adolescence (Netflix), ¿las redes sociales están metiendo ideas raras sobre el sexo en los chavales?

Claro, porque el sexo tiene que ver también con cuestiones afectivas, con dinámicas de poder y roles de género. Y al final este tipo de discursos que se escuchan en redes perpetúan unos roles de género que parecía que estábamos superando. Es tremendamente triste. Mi libro ya advierto que es un poco “woke” y hago una definición de lo que son los incels, además de dedicar un capítulo a la adolescencia.

Los incels son los célibes involuntarios, básicamente hombres que culpan de sus frustraciones sexuales a las mujeres, sin hacer una autocrítica y pensar que a lo mejor no follan porque son unos pedazos de misóginos y a ellas les dan asco. Es un hombre frustrado sexualmente que culpa a las mujeres de su frustración.

Los 'incels' son hombres que culpan de sus frustraciones sexuales a las mujeres, sin pensar que a lo mejor no follan porque son unos pedazos de misóginos y a ellas les dan asco

¿Cómo es eso de que usted descubrió su homosexualidad “chupando huesecillos”?

Yo hablo ahí de una revelación sexual que tuve cuando estuve de voluntario en una excavación arqueológica en La Garma, que es una cueva cerca de Santander. Cuando encuentras un trozo de algo entre la tierra, la forma de saber si es un hueso o una piedra es chuparlo. Si se queda pegado a la lengua es un hueso y si no se queda pegado es una piedra. Total, que llegué a la excavación y a mi lado había un chico que estaba muy apañado, con cresta, un poco punki… Al llegar a casa yo estaba caliente como una mona y me dije: aquí está pasando algo. Y hasta hoy. 

Describe el sexo como “sucio, primitivo, invasivo y pringoso”, y dice que nos expone a enfermedades y peleas, ¿por qué es una gran solución, a pesar de todo? 

Pues es una solución fantástica, básicamente, para crear diversidad, porque la diversidad mueve el mundo. Y no es lema, es una realidad científica. La diversidad genética es tremendamente necesaria para que las poblaciones puedan perdurar en el espacio, en el tiempo y además, para que puedan evolucionar. 

En el libro lo explica con plátanos.

La variedad de plátanos que comemos mayoritariamente, los Cavendish, es estéril. Principalmente, porque es una especie de híbrido de varias razas creado para que no tenga pepitas y no esté lleno de semillas. El problema es que al ser estéril, los propagamos por esqueje, los vamos clonando. De modo que todos los plátanos que comemos son clones. Eso es un problemón. ¿Por qué? Porque cuando los organismos son todos iguales, si viene un virus o cualquier patógeno que pueda matar a uno, se puede cargar a todos. Y ya hay un hongo que se está cargando a los plátanos en medio mundo, el Fusarium oxysporum

Ahora explíquemelo con la dinastía de los Habsburgo.

Para no repartir el imperio, los Habsburgo (o los Austrias) se liaban entre primos, tías y sobrinos... ¿Qué pasó? Que al final ahí vas perdiendo diversidad genética y vas cayendo en un problema de endogamia que lleva a malformaciones faciales.

Hay varios problemas de mandíbula que llevan nombres de los Habsburgo...

Mandíbula Habsburgo, labio Habsburgo y paladar Habsburgo. Son problemas maxilofaciales que se llaman de esa forma porque los tenían ellos. Y todo porque al final nosotros de cada gen tenemos dos copias. Una de nuestro padre y otra nuestra madre. Y es muy normal que una de las copias no funcione bien, que tenga alguna mutación o que esté un poco chuchurría, pero si tienes la otra copia normalmente no pasa nada. Pero si tú te vas durante siglos liándote con primos, primas, tíos, sobrinos, lo que sea, al final es muy fácil que termines teniendo un montón de genes en los que las dos copias son exactamente la misma. Las mismas averías en los mismos sitios. Se calcula que Carlos II, “el Hechizado”, que fue el último rey de los Habsburgo y murió sin descendencia por culpa de la consanguinidad, tenía la misma copia de padre y madre en una cuarta parte de sus genes. Eso es una barbaridad.

En su libro cita a un animal que hace poco se hizo muy viral, el pez diablo que se encontró en Canarias, los rapes abisales. ¿El sexo en las profundidades es un poco peculiar? 

Ese es otro ejemplo de que los machos pintan muy poco en la naturaleza. Cuando nacen buscan desesperadamente una hembra en la oscuridad. Cuando la encuentran, se quedan pegados a ella y se mueren. La hembra va disolviendo y absorbiendo al macho hasta que solo quedan los genitales, los testículos, y se quedan pegados a ella. De modo que las hembras terminan teniendo unos 20 o 30 genitales de machos por el cuerpo como si fueran medallitas. Y cuando quieren reproducirse, tienen ahí los testículos pegaditos al cuerpo y utilizan el esperma directamente. Es una solución también a esa falta de alimento en las zonas abisales, porque como hay muy pocos individuos, no da para que haya una población también de machos. 

La hembra del rape va absorbiendo al macho hasta que solo quedan los testículos, y se quedan pegados a ella. Terminan teniendo unos 20 o 30 genitales de machos por el cuerpo como si fueran medallitas

De todos los comportamientos extremos animales que menciona en el libro, como el bicho palo que copula durante meses o el pulpo que dispara su pene como un misil, ¿cuál es su favorito?

Mis favoritas son quizás las lagartijas lesbianas. Hay un grupo dentro de las lagartijas de cola de látigo en el que son todo hembras y se reproducen mediante un proceso que se llama partenogénesis, que literalmente significa parto virginal, en la que esos óvulos evolucionan sin que haya fecundación por un macho. Lo curioso es que el estímulo para que las lagartijas hagan partenogénesis y tengan descendencia es tener sexo con otra hembra, tener relaciones lésbicas. Es decir, hacen la tijera reptiliana. Me encanta.

También cuenta en el libro que el padre de Nemo, de haber sido realista la película de Pixar, habría cambiado de sexo. ¿Cómo de habituales son estas transformaciones en la naturaleza? 

Sí, el hermafroditismo secuencial, que es como se llama a cambiar de sexo a lo largo de la vida, es bastante común, especialmente en especies marinas. En los peces payaso, cuando la hembra reproductora muere, el macho reproductor se convierte en hembra y el siguiente macho en la jerarquía se vuelve el macho reproductor.

Y en los meros pasa algo parecido, ¿no? 

En los meros pasa al revés. Empiezan su vida como hembras y cuando alcanzan un tamaño muy grande, normalmente cuando tienen ya más de 16 o 17 años, se vuelven machos. ¿Por qué? Porque como los machos no importan, ¿para qué tener una población de mitad machos, mitad hembras, cuando basta con unos poquitos machos que vivan muchos años? Pero esto hace que sea muy sensibles las poblaciones a la sobrepesca, porque normalmente los peces que se pescan son los grandes. 

Todo este conocimiento de la complejidad biológica, incluidos los casos de intersexualidad que se producen en humanos con una cierta frecuencia, ¿puede ayudar a reducir la transfobia?

Supongo que sí, aunque yo en el libro enseguida hago una advertencia. En los humanos, la sociedad, la cultura y la historia son tan importantes como la biología. Hablar de la transexualidad solo desde la biología sería tremendamente injusto para las personas trans. Pero sí que creo que puede ayudar a la gente a entender que es verdad que el sexo biológico no es tan binario como creemos. De hecho, no lo encontramos ni siquiera en nuestra propia especie. Las personas intersexuales, es decir, personas que tienen características en sus genitales un poco ambiguas entre los dos sexos, son muy habituales. Y se debe a que el sexo no es solo una cuestión cromosómica, sino también de cómo reacciona el cuerpo ante las hormonas sexuales. 

El sexo biológico no es tan binario como creemos. De hecho, no lo encontramos ni siquiera en nuestra propia especie

Eso es lo que pasa con los “güevedoces”, ¿no?

Los “güevedoces”, que es como llaman a estas personas en la República Dominicana, son un caso muy claro. Se desarrollan como chicas y, de repente, a los 12 años les bajan los testículos y les sale pene. Básicamente, porque el cuerpo de estas personas reacciona a la testosterona de forma diferente y en su caso no empieza a hacer efecto en su cuerpo, a masculinizarlo, hasta que tienen unos niveles muy altos propios de la adolescencia, pero no durante la niñez. No sé cómo explicarlo sin entrar en el fango, pero digamos que muestra que nuestro sexo cromosómico puede no ser tan determinante sobre cómo van a ser nuestros caracteres sexuales primarios y secundarios.

Durante años se repitió que el clítoris es un pene atrofiado y, sin embargo, dice usted que es al revés y que es el pene el que es un “clítoris mutante”.

Sí, sí, porque el sexo por defecto es el femenino. Todos nosotros empezamos nuestro desarrollo embrionario como hembras. Hasta que se activa el cromosoma Y durante el desarrollo embrionario, en la semana 11, se nos forma algo que se llama el tubérculo sexual, que tiene la forma de los genitales externos femeninos. En los machos, los labios mayores se fusionan para formar el futuro escroto, que es esa línea que tenemos en el escroto, el rafe, es una cicatriz formada por nuestros antiguos labios vaginales. Y el pene se forma a partir del clítoris. Empieza a salir hacia afuera y lo que hace es que se fusiona con la uretra y se rodea de los labios menores. Y esa especie de taco o de burrito, es el pene. Coges el clítoris, le pones una uretra y lo rodeas con la tortilla.

Hablemos de la “falacia naturalista”. Insistir en que la homosexualidad existe en cientos de especies, ¿no es seguir el juego a los que juzgan el comportamiento humano por su semejanza con lo natural?

Claro, es que es un arma de doble filo. A mí me encanta hablar de homosexualidad y bisexualidad en el mundo animal, pero trato de huir de ese discurso de “mira, es natural porque lo hacen los animales y entonces eso nos legitima”. No podemos determinar qué está bien y qué está mal en función de lo que sucede en la naturaleza. No quiero ayudar a una minoría como las personas LGTBI hablando de animalitos gays. No necesitamos que haya animalitos gays, lésbicos o bisexuales para legitimar nuestra existencia. Nuestra existencia la legitima que somos y que estamos y que estaremos y que siempre hemos estado.  

No quiero ayudar a una minoría como las personas LGTBI hablando de animalitos gays. No necesitamos que haya animalitos gays, lésbicos o bisexuales para legitimar nuestra existencia

Lo que seguro que no hay en la naturaleza es homofobia, ¿no?

Efectivamente, en la naturaleza no hay homofobia. Existen un montón de especies animales con comportamientos homosexuales tanto entre machos como entre hembras o sexo en grupo, y ahí nadie se queja, es superhabitual. Incluso entre algunos animales que son como estandarte de la masculinidad tóxica, como los leones. Los leones se dan por el culo como si no hubiera un mañana (risas).  

¿Ser “cuidador de sobrinos” puede tener un valor evolutivo?

Es un término para referirse a los homosexuales que a mí no me molesta. Lo utilizo como ejemplo cuando hablo de qué teorías existen sobre por qué la homosexualidad o los comportamientos homosexuales existen en la naturaleza y no, y no tienden a desaparecer.

¿Qué está pasando ahí? Una de las teorías es la del cuidador de sobrinos, de que al final esos individuos pueden ayudar a cuidar a las crías de otros miembros de la sociedad. Y pasa, por ejemplo, con los carneros y las cabras montesas, entre los que hay un mariconeo brutal. Se suelen emparejar de por vida y quedarse con el rebaño, en el que normalmente solo hay un macho adulto y el resto son hembras o juveniles. Pero esos machos adultos son aceptados, se quedan también allí porque cuidan, protegen también al rebaño. Al final es lo mismo que el tío gay que da la propina al sobrino, el tío gay que, como no ha tenido hijos, cuando son mayores les paga el viaje a Tailandia.

Etiquetas
stats