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 DIRECTORIO   24 de enero de 2004, número 557
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ONCOLOG�A
Conocer el riesgo de padecer c�ncer no tiene un impacto psicol�gico negativo
ANGELA BOTO

La explosi�n gen�mica de los �ltimos a�os ha proporcionado una bater�a de pruebas que permiten identificar aquellos individuos que tienen m�s riesgo de desarrollar determinadas patolog�as. En el caso del c�ncer, existen diversos genes que act�an como se�al de alarma, pero se especula que tener esta informaci�n puede provocar un aut�ntico dolor de cabeza. Una revisi�n de m�s de 20 estudios, publicada en el 'Journal of the National Cancer Institute', parece indicar que el consejo gen�tico en oncolog�a no s�lo aumenta el conocimiento sobre la enfermedad, sino que no implica un impacto psicol�gico negativo.

Este tipo de pruebas se ofrecen a individuos con historia familiar de c�ncer y se aplican fundamentalmente en patolog�as donde se dispone de marcadores confirmados, como son los tumores de mama, de ovario y colorrectales. Seg�n Pedro P�rez Segura, onc�logo responsable de la Unidad de Consejo Gen�tico del Hospital Cl�nico San Carlos de Madrid, �entre el 85% y el 90% llegan remitidos por el onc�logo. S�lo el 5% acude voluntariamente�. En ese centro se sigue a 600 familias, alrededor de 2.500 personas.

Los autores de la revisi�n examinaron los resultados de 21 estudios en los que se hab�an evaluado los cambios de comportamiento de los participantes despu�s de haber recibido la informaci�n sobre el riesgo que ten�an de padecer un c�ncer. Como era de esperar, los programas de consejo gen�tico mejoraban el conocimiento sobre la enfermedad y la compresi�n de la probabilidad de desarrollarla. En cuanto a las alteraciones emocionales, los datos sugieren que conocer el riesgo de c�ncer no aumenta el grado de ansiedad o depresi�n, aunque se necesitan estudios m�s amplios y mejor dise�ados para sacar conclusiones realmente s�lidas.

P�rez Segura explica que �hace cuatro a�os que estamos haciendo estudios junto con la facultad de Psicolog�a de la Universidad Complutense [Madrid] para analizar el impacto psicol�gico de conocer la predisposici�n gen�tica a padecer c�ncer. Los datos preliminares de los que disponemos indican claramente que es positivo, tanto desde el punto de vista psicol�gico como del conocimiento de la enfermedad�.

Otra de las observaciones extra�das de la revisi�n es que los posibles beneficios en cuanto al conocimiento de la patolog�a y a la percepci�n del riesgo se pierden con el tiempo. Adem�s todo parece indicar que las personas que reciben consejo gen�tico no modifican su conducta en cuanto al seguimiento y a la detecci�n precoz. En este sentido, el especialista espa�ol establece dos grupos seg�n la reacci�n: �aqu�llos que afrontan la situaci�n y colaboran y los que dudan y no quieren involucrarse en nada�.

Por otro lado, los autores critican que en los estudios que revisaron no se describe el procedimiento seguido por los especialistas para la evaluaci�n e informaci�n sobre el riesgo de desarrollar c�ncer. En el Hospital Cl�nico San Carlos, este proceso se realiza en dos consultas. En la primera se recoge la historia familiar y otros factores de riesgo. Si se detectan indicios de un posible c�ncer hereditario se proporciona informaci�n al interesado o interesados. Seg�n P�rez Segura, en ocasiones acuden varios miembros de la familia y se propone una prueba gen�tica para confirmar o descartar esta posibilidad.

Si el individuo decide someterse al estudio de ADN debe firmar un consentimiento y en un plazo de seis meses se le cita para una segunda visita. Es en este momento en el que recibe los resultados, se explican las implicaciones y se ofrecen las medidas preventivas disponibles. Tambi�n se habla de la posibilidad de que otros miembros de la familia tengan un riesgo similar de padecer la enfermedad. �Cuando vemos que asimilan mal la informaci�n, los remitimos al psic�logo�, explica P�rez Segura.



 
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